Platón puso en boca e Sócrates que «una vida no indagada no merece ser vivida». Una vida no indagada, es decir, no pensada, implica que la misma sea vivida por default.
El propósito del acompañamiento filosófico no es resolver problemas, sino más bien aprender a plantearlos. Wittgenstein decía que «la filosofía es una lucha contra los hechizos del lenguaje sobre nuestro entendimiento», al aprender a plantear los problemas se rompe el hechizo y por ende, los problemas no se resuelven sino que se disuelven.
Esta idea, aparece en toda la tradición filosófica, pero fuertemente en el filósofo Kant. Kant escribe en el opúsculo Qué es la ilustración que debemos deshacernos de los andadores para empezar a caminar por nosotros mismos.
Platón puso en boca e Sócrates que «una vida no indagada no merece ser vivida». Una vida no indagada, es decir, no pensada, implica que la misma sea vivida por default.
El propósito del acompañamiento filosófico no es resolver problemas, sino más bien aprender a plantearlos. Wittgenstein decía que «la filosofía es una lucha contra los hechizos del lenguaje sobre nuestro entendimiento», al aprender a plantear los problemas se rompe el hechizo y por ende, los problemas no se resuelven sino que se disuelven.
Esta idea, aparece en toda la tradición filosófica, pero fuertemente en el filósofo Kant. Kant escribe en el opúsculo Qué es la ilustración que debemos deshacernos de los andadores para empezar a caminar por nosotros mismos.
Cicerón decía «hemos mamado el error con la leche de nuestras nodrizas», hemos «mamado» creencias, opiniones y formas de pensar. Dewey en Cómo pensamos menciona que una parte de esas creencias que consideramos nuestras provienen de otros. ¿Y tus creencias religiosas? ¿Sientes que estás formando parte de un entorno religioso que ya no te hace sentido? ¿Estás atravesando una crisis de tus creencias religiosas? ¿Formas parte de una comunidad religiosa de alto control y no sabes cómo enfrentarte al «mundo»?
Una de las cuestiones que revisten el irse a vivir a otro país es el idioma. El filósofo francés de origen argelino Jacques Derrida habla de la primera violencia de quien se muda de país, que consiste en la perversión de obligar al individuo a que se comunique en un idioma totalmente desconocido. Pero no como el turista. Al extranjero le va la vida en cada incorrección gramatical, arriesgando su futuro, y el de toda su familia, en cada vocablo mal empleado –que le concedan o que le denieguen el derecho de permanencias. Pero hay otras cuestiones como los hábitos, la cultura o el abandono de la profesión para quienes se instalan en otro país. ¿Qué hay del extrañar? Atrás quedan los afectos, los amigos, la historia de uno. ¿Cómo enfrentar estas cuestiones?
El sufrimiento amoroso es uno de los más dolorosos. Sin embargo, en esta época postmoderna, el sufrimiento se ha intensificado e individualizado. Desde la psicología el sufrimiento amoroso puede tener raíces en la crianza, los padres y la internalización de los vínculos primarios; desde algunas corrientes de autoayuda, el sufrimiento pareciera ser parte de las elecciones posibles del individuo: sufre porque lo elige. Desde una mirada filosófica y sociológica el sufrimiento amoroso es el producto de fuerzas y condicionamientos que tienen raíces ideológicas.
Diversos filósofos han abordado la cuestión del sentido de la vida. La angustia de la existencia puede producir un sentimiento abisal. Albert Camus lo describe como «el absurdo». Unamuno como «sentimiento trágico», Heidegger como «miedo a la nada». En Kierkegaard en cambio la angustia existencial es parte de «la decisión antes de la decisión». En todos estos casos lo que se juega es la existencia su carácter absurdo trágico que pone sobre el tapete la búsqueda de sentido.
Cicerón decía «hemos mamado el error con la leche de nuestras nodrizas», hemos «mamado» creencias, opiniones y formas de pensar. Dewey en Cómo pensamos menciona que una parte de esas creencias que consideramos nuestras provienen de otros. ¿Y tus creencias religiosas? ¿Sientes que estás formando parte de un entorno religioso que ya no te hace sentido? ¿Estás atravesando una crisis de tus creencias religiosas? ¿Formas parte de una comunidad religiosa de alto control y no sabes cómo enfrentarte al «mundo»?
Una de las cuestiones que revisten el irse a vivir a otro país es el idioma. El filósofo francés de origen argelino Jacques Derrida habla de la primera violencia de quien se muda de país, que consiste en la perversión de obligar al individuo a que se comunique en un idioma totalmente desconocido. Pero no como el turista. Al extranjero le va la vida en cada incorrección gramatical, arriesgando su futuro, y el de toda su familia, en cada vocablo mal empleado –que le concedan o que le denieguen el derecho de permanencias. Pero hay otras cuestiones como los hábitos, la cultura o el abandono de la profesión para quienes se instalan en otro país. ¿Qué hay del extrañar? Atrás quedan los afectos, los amigos, la historia de uno. ¿Cómo enfrentar estas cuestiones?
El sufrimiento amoroso es uno de los más dolorosos. Sin embargo, en esta época postmoderna, el sufrimiento se ha intensificado e individualizado. Desde la psicología el sufrimiento amoroso puede tener raíces en la crianza, los padres y la internalización de los vínculos primarios; desde algunas corrientes de autoayuda, el sufrimiento pareciera ser parte de las elecciones posibles del individuo: sufre porque lo elige. Desde una mirada filosófica y sociológica el sufrimiento amoroso es el producto de fuerzas y condicionamientos que tienen raíces ideológicas.
Diversos filósofos han abordado la cuestión del sentido de la vida. La angustia de la existencia puede producir un sentimiento abisal. Albert Camus lo describe como «el absurdo». Unamuno como «sentimiento trágico», Heidegger como «miedo a la nada». En Kierkegaard en cambio la angustia existencial es parte de «la decisión antes de la decisión». En todos estos casos lo que se juega es la existencia su carácter absurdo trágico que pone sobre el tapete la búsqueda de sentido.
«Aún espero la llegada de un filósofo médico, en el sentido excepcional de la palabra cuya tarea consistiría en estudiar el problema de la salud global de un pueblo, de una época, de una raza, de la humanidad.»
F. Nietzsche. La Gaya Ciencia, Prólogo.
«En efecto, si se es una persona, cada cual tiene necesariamente la filosofía de su propia persona»
F. Nietzsche. La gaya ciencia. Prólogo