Reseña del libro Ejercicios espirituales y filosofía antigua de Pierre Hadot

Quiero exponer en este breve texto uno de los libros que han inspirado mi práctica filosófica: Ejercicios espirituales y filosofía antigua. Es interesante que cuando pensamos en ejercicios espirituales, se nos venga a la mente, a aquellos que tenemos alguna relación con el cristianismo, a la tradición de Ejercicios de San Ignacio de Loyola. Sin embargo, algo que se encarga de dejar claro Hadot es que Loyola abreva de los antiguos ejercicios espirituales y se inspira en ellos. Pero antes de seguir, empecemos por el principio.

Pierre Hadot es uno de los filósofos contemporáneos más importantes que ha tratado de establecer una conexión entre la filosofía antigua y la vida contemporánea, en su linea también está Michel Foucault con quien tuvo una fructifera vinculación e influencia. En su obra Ejercicios Espirituales y Filosofía Antigua, Hadot busca mostrar cómo la filosofía antigua se centraba en la práctica y en la transformación de la vida de los individuos. Quizás te preguntes en qué sucedió, por qué la filosofía actualmente no sigue esa línea sino que se transformó más bien en un mero ejercicio teórico, bueno analizo esta cuestión en el artículo El olvido de la filosofía.

A lo largo del libro, Hadot destaca la importancia de la filosofía como un camino hacia la transformación personal y la búsqueda de la sabiduría. Una de las principales ideas que desarrolla  es la noción de que la filosofía antigua era ante todo un conjunto de ejercicios espirituales que buscaban transformar al individuo a nivel práctico.

La filosofía antigua no se limitaba, según Hadot, y yo acuerdo con él, al mero conocimiento teórico, sino que buscaba producir un cambio real en la vida del individuo. En este sentido sostiene que la filosofía antigua se centraba en la práctica, la ejercitación y la repetición de ciertos rituales que buscaban desarrollar la capacidad del individuo para reflexionar, para controlar sus emociones y para tomar decisiones basadas en la razón. En su análisis, Hadot se centra en Sócrates, Marco Aurelio, Epicteto y Séneca. Estos filósofos  comparten la idea de que la filosofía no debe ser simplemente un conjunto de teorías abstractas, sino que debe ser una forma de vida que transforme al individuo. Hadot sostiene que la filosofía estoica se centraba en la idea de que el individuo debe vivir de acuerdo con la naturaleza.

Esta noción implica que el ser humano debe vivir de manera coherente con su propia naturaleza y con la naturaleza del universo. En este sentido, el estoicismo busca desarrollar una ética basada en la razón y en la aceptación de lo que es necesario y natural. Hadot cita a Séneca cuando afirma que «nuestra máxima necesidad es desarrollar la razón en nuestra vida cotidiana» (Hadot, Ejercicios Espirituales y Filosofía Antigua, p. 121).

Para Séneca, la filosofía debía ser una guía para la vida cotidiana que ayudara al individuo a desarrollar su capacidad de reflexión y de análisis crítico. Séneca destacaba la importancia de la meditación y de la reflexión como herramientas para desarrollar la sabiduría y la virtud.En relación a Epicteto, Hadot destaca su noción de que el ser humano debe aprender a controlar sus emociones y a aceptar las cosas tal como son. Epicteto afirmaba que el ser humano debe aprender a distinguir entre lo que está en su control y lo que no lo está, para centrarse en aquello que sí puede controlar. Hadot cita a Epicteto cuando afirma que «no podemos controlar los eventos externos, pero sí podemos controlar nuestra reacción ante ellos».

El enfoque de Hadot en la filosofía antigua también destaca la importancia de la práctica filosófica como un medio para alcanzar la sabiduría. Para él, la filosofía antigua no es solo una teoría abstracta, sino también una forma de vida que involucra la práctica de técnicas específicas para cultivar la sabiduría. Como él mismo lo explica: «La filosofía antigua es un modo de vida que implica un compromiso total del individuo. Es una forma de vivir y pensar que se expresa a través de las teorías filosóficas, pero que solo puede ser comprendida plenamente a través de la práctica de la filosofía». (Pierre Hadot, ¿Qué es filosofía antigua?, p. 3) En este sentido, Hadot destaca la importancia de la meditación, la atención plena y la reflexión constante como prácticas fundamentales en la filosofía antigua.

Estas técnicas, según él, son esenciales para lograr la consciencia de sí, la claridad mental y la sabiduría práctica. Hadot también hace hincapié en la idea de que la filosofía antigua se centraba en la búsqueda de la verdad, no solo como un concepto abstracto, sino también como una experiencia personal. Para los filósofos antiguos, la verdad no era algo que pudiera ser descubierto de una vez por todas, sino más bien algo que debía ser buscado y experimentado continuamente, era un tipo particular de relación con la realidad que producía una transformación, una conversión.

Como Hadot explica: «Para los antiguos, la filosofía no era solo una cuestión de teoría abstracta, sino también de práctica existencial. Se trataba de una búsqueda constante de la verdad y la sabiduría en la vida diaria, una búsqueda que implicaba la reflexión continua y la autoevaluación». (Pierre Hadot, ¿Qué es filosofía antigua?)

Hay mucho más por abordar, la obra de Pierre Hadot destaca la importancia de la práctica filosófica como un medio para alcanzar cierto grado de sabiduría y la verdad, quizás no se refiera a una verdad absoluta sino más bien a una verdad profunda, a un saber interior del carácter de aquello que es verdadero. Su enfoque en la filosofía antigua como arte de vivir es una perspectiva valiosísima que muestra las dimensiones de la filosofía al servicio del hombre. No es un enfoque utilitarista y mercantil, ni, claro está,una utilidad de beneficios inmediatos y de felicidad a bajo costo, más bien es un enfoque que toma como punto de partida al ser humano que desea intentar hacer de la vida una obra de arte.

Hadot no solo a servido de inspiración a Foucault en sus últimos años sino a Alexander Nehamas quién ha escrito una hermosa obra en referencia al Arte de vivir socrático como se lo expone en los primeros diálogos platónicos y trazando un puente dialógico con Mantaigne, Nietzsche y Foucault. Pero eso será materia de otra reseña.

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Sinopsis de EJERCICIOS ESPIRITUALES Y FILOSOFIA ANTIGUA

Estos Ejercicios espirituales tienen poco que ver con las piadosas y arduas meditaciones de Ignacio de Loyola, que no son sino un lejano eco, muy deformado, de la antigua tradición. Y es que estas tareas del yo en relación con el propio yo, que aparecen ya en los primeros filósofos griegos y que cobran enorme importancia en los diálogos socráticos y platónicos, en las Cartas de Epicuro o de Séneca, en las Meditaciones de Marco Aurelio, en los tratados de Plotino o en determinados autores modernos como Montaigne, Descartes, Kant, Michelet, Bergson, Friedmann o Foucault, pueden seguir practicándose. ¿No sería entonces lo esencial de la filosofía ese constante cuestionamiento de nuestra relación con nosotros mismos, con el otro y con el mundo?

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